En la Asamblea Nacional se analiza la reforma tributaria enviada por el presidente Lenin Moreno. En resumen, el Gobierno planea aumentar la recaudación en más de $750 millones a partir del 2020. La pregunta es ¿para qué?
La respuesta obvia es para reducir la brecha del déficit fiscal que este año el Ministerio de Finanzas estima llegará a $3,624 millones. De esta forma se frena también en cierta medida el endeudamiento agresivo.
Pero más obvio aún es que solamente hay una opción para ese dinero que el Gobierno sacará del bolsillo de los ecuatorianos: gastarlo. Y eso es lo preocupante. Las cifras fiscales muestran que es altamente probable que esos recursos valiosos para el sector privado (familias y empresas) vayan a gastos públicos improductivos.
Lo más importante primero. De los $30,359 millones que gastará el Estado este año, solamente $837 millones irán a obra pública. Es decir, el 2.75%. Si somos un poquito más generosos y ampliamos el monto a todo lo que las finanzas públicas considera gasto de “inversión”, el monto subiría a $2,667 millones, 8.78% del presupuesto. En otras palabras, solo 8 de cada 100 dólares que gasta el Gobierno van a gastos que se podría decir son más productivos. Aunque esta cifra incluye salarios y gastos de oficina que se supone son de proyectos de inversión. Cómo saber.
Lo más probable es que esa recaudación extra que sale de nuestras billeteras, flacas y gordas, vaya a gastos en personal. Este rubro representa el 30.77% del gasto planificado para este año. Son $9,342 millones destinados a sueldos del sector público que, aunque 1% menor que el año pasado, llegaría a ser 2% más que el 2017. Y claro, esto incluye maestros, doctores, policías, militares y demás, pero ¿justifica la calidad de sus servicios tal cantidad de gasto? ¿estuvieron, por ejemplo, los militares a la altura de la necesidad en las protestas de inicio de octubre? Cómo saber.
Luego, el dinero también podría ir a las compras de bienes y servicios del sector público. Son $6,582 millones, equivalentes al 21.68% del presupuesto, destinados a compras públicas e importación de combustibles. La principal duda es si las compras del Estado se hacen a precios de mercado. La gran mayoría no. Otro problema es que más de $4,200 millones de este rubro son para la importación de combustibles. Pero esto es producto del monopolio estatal. El Estado tiene una carga que no debe. Hay que liberar la importación de combustibles, con todo lo que eso implique (eliminar subsidios, publicar fórmula de Petroecuador, vender o concesionar infraestructura, etc.). ¿Por qué los ecuatorianos debemos financiar las operaciones de un monopolio estatal? Cómo saber.
También es probable que el dinero se vaya a pagar las deudas, aunque supuestamente para eso no se usa el dinero de impuestos. Este año toca pagarle $3,305 millones en intereses a los acreedores del Estado. Y, además, hay que enviarles platita a las empresas públicas, municipios, subsidios y demás instituciones, que superan los $7,800 millones.
Volvemos a la pregunta inicial ¿más impuestos para qué? o en palabras del Gobierno ¿‘arrimar el hombro’ para qué? ¿Para mantener la burocracia, sostener compras a sobreprecios, financiar empresas y monopolios públicos ineficientes, subsidiar a los más ricos, pagar el precio del endeudamiento? No, para eso no pidan.
Ojalá el gasto público fuese productivo y el valioso dinero de los contribuyentes fuese utilizado con máxima eficiencia y transparencia. Más que la subida de impuestos, el problema grave es el descontrol del gasto.
Esta semana conoceremos la Proforma Presupuestaria para el 2020, ojalá veamos cambios contundentes en el expendio estatal. Que el foco sea controlar el Estado glotón y sustituir el gasto público improductivo por el productivo, antes que pedirnos más impuestos.
Para hacer uso de este contenido cite la fuente y haga un enlace a la nota original en Primicias.ec: https://www.primicias.ec/noticias/firmas/mas-impuestos-para-que/
Comentários