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Foto del escritorFrancisco Briones R.

Usted elige a la hora de votar ¿dolarización o desdolarización?

Transcurrida la mitad de la campaña presidencial está claro que uno de los conflictos a resolver con nuestro voto el próximo 7 de febrero es la continuidad de la dolarización.


Y lo es porque uno de los candidatos con mayor intención de voto ha propuesto gastarse USD 8.080 millones que “Ecuador mantiene en el exterior”.


Solo hay dos razones por las que un político pudiera proponer eso: ignorancia o mala fe. Para lo primero hay solución e intentaré aclararla a continuación. Lo segundo es un tema moral que solo merece rechazo.


Lo más importante de todo es entender que Ecuador no tiene ni emite moneda propia y, por tanto, no necesita respaldar ninguna emisión. Esto quiere decir que no necesita (ni tiene tampoco) reserva monetaria propia.


Imagínense al Banco Central de Ecuador (BCE) comprando dólares para respaldar dólares. Por eso, en la práctica, el BCE no tiene dólares más allá de los poco que genera por sus actividades comerciales, como cuando nos cobra por realizar transferencias de un banco a otro.


En la práctica, el Banco Central de Ecuador no tiene dólares.


Regresemos ahora al año 2000, cuando se decretó la dolarización. Ecuador tenía sucres y el BCE dólares que los respaldaban. Dolarizar la economía implicó que el BCE perdiera sus facultades monetarias y, en resumen, que retirara los sucres de la economía y entregara sus dólares.


Así nació la nueva reserva internacional. Tomando, por ejemplo, los sucres del encaje bancario y entregándole el equivalente en dólares. Lo mismo hizo con los sucres de la seguridad social, de las empresas públicas, de los gobiernos seccionales, y de todo aquel con ahorros en el Banco Central.


Por eso es que la reserva internacional no es el respaldo de la dolarización sino los ahorros de terceros en el Banco Central y están invertidos en el exterior.


Los dólares de la reserva internacional no son del Banco Central sino a sus depositantes e incluyen nuestros propios ahorros.


Es claro que los dólares en esta reserva no le pertenecen al Banco Central sino a sus depositantes y, por tanto, no están a disposición del Gobierno Central.


Por eso cuando el candidato Andrés Arauz dice que “el Banco Central del Ecuador mantiene en el exterior (…) USD 8.080 millones (…) en el Banco de Basilea en Suiza. (…) Nosotros proponemos que mil de esos ocho mil sean invertidos de forma inmediata (…) comenzando por los más pobres”, refiriéndose al financiamiento para su propuesta de entregar mil dólares a un millón de familias, lo que plantea es gastarse un dinero que no le pertenece en lo absoluto.


De hecho, se podría decir que actualmente casi todo ese dinero corresponde al encaje bancario. Es decir, a la parte de nuestros ahorros que los bancos depositan en el Banco Central para (supuestamente) ‘resguardarlos’ por si ocurre una crisis.


De pasar esto, si Arauz gana y ejecuta este plan (por ignorancia o mala fe), ¿estaría usted seguro de mantener sus dólares en el banco?


Esa es la desconfianza que ya está sembrando el mencionado candidato y que podría derivar en lo indeseable: la desdolarización.


Piense bien su voto. ¿Dolarización o desdolarización?



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